En un día cualquiera, desde la ventana de la micro pude observar a un curioso sujeto. No podía evitar captar mi atención su carrito de supermercado, muchas mantas, larga barba blanca, gafas de época sujetas por precarios alambres y pitas, y un fiel kiltro cómplice. Su largo cabello canoso caía sobre la morena y ajada piel por el sol y años de deambular.
Quien es este sujeto que saluda a todos y cada uno de los buses al pasar, el saludo seguro de a quien nadie va a despedir. Como parte de “nómade –urbano”, había que conocerlo.
Subida entre el terminal y picarte.
Mientras avanzaba me preguntaba Cual seria su actitud frente a mis consultas y curiosidades. Pero un simple “hola joven como está! “ Dio inicio a nuestro encuentro.
Es curioso como a cada transeúnte le dedica una canción, por ejemplo, si pasa una mujer guapa, siente que su música puede expresar dicha belleza y de paso, hacer caer algunas moneditas en su viejo tarrito de lata.
Y así Don Nelson, músico de la vida y padre de 9 hijos, con nostalgia comienza a relatar su pasado.
En un comienzo, ahí por los ochenta, trabajaba en el terminal. El mismo en donde ahora está. Antes pasaba la mayor parte de su tiempo el muelle de la costanera, pero era peligroso e influía en su consumo del alcohol y una mala conducta ante la ley.
Hoy, ya llegando a los 50 años, nos cuenta como su vida ha ido tomando diferentes roles en este sector, comenzando a trabajar en el terminal hasta la muerte del administrador, posterior a eso, en el transporte de carritos a los pasajeros que llegaban a la ciudad. Todo hasta cuando la concesión del estacionamiento pasó a ser privada y el dueño lo despidió. Pese a eso, siguió trabajando en el sector en la misma calle del terminal como acomodador de autos, donde según cuenta, ganaba mucha plata sobre todo en la noche valdiviana.
En todo este tiempo logró conocer a toda la gente del sector y los que solían recorrer el terminal a diario, hasta que un día fue atropellado quedando grave en el hospital. Ese fue uno de los pocos momentos en donde pudo ver a todos sus hijos juntos.
Por este accidente, finalmente abandona el rubro de trabajo diario haciendo cualquier otra cosa por su inquieta manera de ser. Así poco a poco comenzó a tocar instrumentos en casa junto a su esposa, hasta el dia en que falleció y decide llevar su música a las calles para que todos la pudieran oir. Así es como ha trabajado en este sector la mitad de su vida . Desde el año 2001 toca un variedad de instrumentos desde armónicas, órganos, xilófonos y castañuelas para ganarse la vida y entregar su música dia a dia.
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